Adolescencia | Tener 16 y “Salir del clóset” 

Por Mathew Hinson Charles

La adolescencia puede ser un desafío para todos —cuerpos que cambian, preguntas que emergen, expectativas que pesan— pero para los jóvenes gays, bisexuales o trans, ese periodo puede convertirse en un terreno de doble riesgo: no sólo se trata de crecer, sino de existir en un entorno que a menudo no los acepta. 

En Colombia, aunque la normativa reconoce derechos de diversidad sexual, en la práctica muchos adolescentes LGBTIQ+ enfrentan discriminación, invisibilidad y violencia.

En el estudio Estrés, salud y bienestar de las personas LGBT en Colombia: Resultados de una encuesta nacional, publicado en 2020, se encontró que el 75 % de las personas LGBT en Colombia fueron acosadas al menos una vez antes de los 18 años. Más aún: el 55 % habían tenido pensamientos suicidas y el 25 % habían intentado suicidarse alguna vez.  

En 2024, la frecuencia de homicidios de personas LGBT en Colombia alcanzó al menos 175 casos, cifra más alta de entre diez países de la región.

Para muchos jóvenes en zonas rurales como Tierralta, Córdoba, la presión es aún mayor. “Salir del clóset” no solo implica revelar una orientación sexual, sino enfrentarse a una estructura social donde los estereotipos de masculinidad y feminidad están muy marcados, donde puede haber poca información, y donde la soledad o el silencio parecen la única salida.

En estos territorios, la presencia de grupos armados ilegales añade una capa de amenaza adicional. Estos actores ejercen control social sobre comunidades rurales, imponen normas propias y en algunos casos han señalado como “objetivo” a personas LGBTIQ+. Por ejemplo, en regiones dominadas por grupos armados se han documentado amenazas sistemáticas contra mujeres trans, “limpiezas sociales” y violencia estructural. 

El ambiente resulta entonces complejo: un joven gay en Tierralta puede sentirse presionado por la homofobia de los padres, por la falta de referentes visibles, por el miedo al rechazo familiar y por el riesgo extra que supone estar en un municipio con presencia de control armado. 

En este episodio de la serie Adolescencia, un joven gay de Tierralta comparte el momento de decidir “salir del closet”, el temor a sentirse excluido, la necesidad de protegerse, la presión de “ser hombre” de acuerdo a los cánones tradicionales, las burlas en la escuela, la falta de espacios seguros y la urgencia de construir redes de apoyo.

Salir del clóset no es solo una confesión. Es un acto de valentía. Pero no debe convertirse en una condena. Comprender estas experiencias desde el territorio, escuchar los relatos, implica asumir que la inclusión no es solo una palabra, sino una medida de seguridad, reconocimiento y cambio.

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