
Ilustración: Isabella Meza Viana
Por: Juan Carlos Senior
En 2014, un adolescente filipino sorprendió al mundo con una idea tan simple como poderosa: convertir los pasos en electricidad. Su nombre es Angelo Casimiro, y con solo 15 años presentó un invento que hoy, más de una década después, volvió a viralizarse.
Un invento nacido de la necesidad
Casimiro, estudiante de secundaria en Filipinas, observó una realidad cotidiana: muchas comunidades rurales carecen de acceso constante a la energía eléctrica. Su respuesta fue brillante y práctica: diseñó un par de zapatos que generan electricidad mientras caminas, permitiendo cargar pequeños dispositivos a través de un puerto USB.
El proyecto fue presentado en la Google Science Fair 2014, donde captó la atención de medios internacionales por su ingenio y propósito social.
¿Cómo funcionan los zapatos que producen energía?
La clave está en la piezoelectricidad, un fenómeno que convierte la presión mecánica en energía eléctrica. Casimiro colocó pequeños discos piezoeléctricos en la plantilla del zapato, especialmente en el talón.
Cada paso activa los discos, generando una corriente que se almacena en una batería recargable integrada. Desde ahí, la energía puede usarse para encender una linterna o recargar un celular.
Durante las pruebas, logró obtener suficiente carga para alimentar una batería de 400 mAh después de ocho horas continuas de caminata: modesto, pero vital en zonas sin electricidad.
De feria científica a fenómeno viral
En pleno 2025, el invento de Casimiro volvió a ser tendencia en redes sociales y medios tecnológicos. La razón: su historia combina creatividad, impacto social y sustentabilidad.
Angelo nunca buscó lucrar con su idea. En lugar de patentar el diseño, compartió los planos y el proceso paso a paso para que cualquiera pudiera replicarlo. Su gesto convirtió el proyecto en una herramienta educativa usada por escuelas, laboratorios y comunidades de todo el mundo.
Innovación al servicio de todos
Más que un experimento, los zapatos de Casimiro representan un símbolo de la innovación accesible. En regiones rurales o en situaciones de emergencia, este tipo de soluciones pueden marcar la diferencia.
Aunque el invento no ha sido producido a gran escala, ha inspirado el desarrollo de nuevas ideas: mochilas solares, prendas inteligentes y plantillas recargables son solo algunas de las tecnologías que surgieron a partir de su trabajo.
El futuro camina hacia la sustentabilidad
En un mundo que busca alternativas limpias y portátiles, el legado de Casimiro demuestra que la tecnología no siempre necesita millones de dólares ni grandes laboratorios.
A veces, basta con un par de zapatos, curiosidad y la convicción de que la innovación debe servir a las personas.
Porque, al final, los zapatos que generan electricidad no solo cargan celulares: también recargan la esperanza de un futuro más sostenible y solidario.






