Manuel Cruz: “El arte cambió mi vida”

Ilustración: Isabella Meza

Por: Alejandro Valencia Carmona

Manuel es un joven de 22 años,  de baja estatura, ojos verdes y siempre está sonriendo. Desde hace 4 años, el Hip Hop llegó a su vida y se convirtió en un motor de cambio para él mismo y muchos jóvenes en Neiva que necesitan oportunidades para hacer cosas distintas.

Por ahora, divide su tiempo entre su trabajo como barbero, el estudio para graduarse de grado 11 y las actividades sociales que hace: pintar parques, organizar ollas comunitarias, hacer jornadas de barbería gratuita y abrir espacios para que los jóvenes se expresen a través de la música. 

“Muchas veces el artista no tiene dónde expresar lo que siente y desde mi punto de vista como líder social, creo que he abierto muchos espacios para eso”, dice Manuel. 

Manuel es de Neiva, una ciudad donde muchos jóvenes de barrios populares encuentran en el delito y la violencia una manera de hacer dinero. 

Él conoció de primera mano la realidad de estos jóvenes cuando empezó su oficio de barbero en estos barrios donde motilaba a muchachos que habían acabado de robar o asesinar, por ejemplo, y donde la venta y el consumo de drogas es parte del día a día. 

Pero el llamado a la acción vino después cuando se dio cuenta que el arte transformó su vida y quiso cambiar la de otros.

Líder social y cultural

Manuel hace dos tipos de eventos. Uno es de competencias de freestyle, el arte de improvisar rimas sobre pistas de canciones de manera espontánea. Con estos eventos Manuel busca que los muchachos compitan entre sí y crezca la disciplina en la ciudad. En Colombia hay unos muy buenos exponentes de freestyle como Valles-T, Marithea o Lokillo Flórez. Además hay ligas, donde los jóvenes se pueden proyectar a futuro. 

Además, estos espacios se prestan para que los artistas emergentes también puedan presentar sus canciones escritas y darse a conocer en una comunidad apasionada por la música. 

El otro tipo de actividades que convoca y dirige es la de hacer ollas comunitarias, chocolatadas, recolección de ropa nueva o de segunda mano en buen estado y regalar cortes de pelo a las personas ancianas que tienen mayores dificultades económicas. 

“No nos podemos olvidar de la parte social. Es lo más importante y lo que nutre más a un artista: llegar a un barrio y así como yo aprendí esto, poder enseñárselo a un niño”, cuenta Manuel. 

Y ese es uno de los recuerdos más lindos que tiene Manuel en los 4 años que lleva haciendo este tipo de eventos. Justamente en el barrio Falla Bernal, donde su papá había sido líder social haciendo ollas comunitarias, así como él, y que luego supo por las anécdotas que le contó su abuela. 

Que los niños le preguntaran cuando volvía y le dijeran “yo quiero rapear, yo quiero ser artista” dejó un recuerdo para su vida  de como hacer las cosas para todo público sin excluir a nadie por no tener dinero para pagar una boleta, por ejemplo. 

El proyecto cultural en Neiva

Para Manuel, la oferta cultural en Neiva es más bien limitada y los proyectos no han funcionado del todo.  El medidor para ver si los proyectos que él lidera está en los niños, verlos crecer en el arte. 

Su idea es seguir forjando una comunidad y que los jóvenes se unan de manera consciente. “Si los jóvenes en las comunas se unen para hacer proyectos sociales, a hacer rifas para hacerle casa a la señora que no tiene. Si los jóvenes hicieran eso, créame que si los jóvenes hicieran eso, las comunas tendrían otra visión”, dice Manuel. 

Su sueño y objetivo para la ciudad es que en cada comuna pueda tener una casa cultural, que haya un espacio de encuentro pero también de creación libre y donde profes contratados por el municipio puedan formar a los niños, niñas y jóvenes en arte. 

“Yo soy consciente que así como yo era rebelde y vivía en mi película de que ser el malo, siento que muchos jóvenes se pueden dar cuenta de que lo que están haciendo no es como ellos piensan”, cuenta Manuel. 

Aunque son cambios que toman muchos años de proceso, Manuel hace los eventos y convoca a otros artistas de la ciudad a unir fuerzas para hacer crecer la cultura en el municipio, pero también las actividades sociales. 

Manuel tiene una frase que lo motiva cada día a seguir haciendo todo esto: “El arte cambió mi vida, ahora por el arte cambiará la de los demás”. Con estas palabras como norte, Manuel cambia poco a poco las vidas de los niños, niñas y adolescentes de Neiva con amor, paciencia y Hip Hop.