#Sívotamos | ¿Cuáles son las características de un buen líder juvenil y cómo reconocerlo? 

Ilustración: Isabella Meza Viana

Por: Leidy Juliana Restrepo Mesa

Votar por los próximos consejeros municipales de juventud es elegir a nuestros líderes. Pero… ¿Qué es un líder? ¿Son todos los líderes buenos? ¿Cómo reconocerlos? Son preguntas que debemos hacernos antes de marcar cualquier rostro en el tarjetón. 

Tal vez el primer ejercicio de votación que ejercemos en nuestra vida es la elección de un representante de grado en los primeros años de educación. A esa corta edad es fácil decidir: mi amiguita, el que más me agrada, el más bonito o la más juiciosa. Y aunque, con los años, esto debería ir cambiando, nadie suele decirnos qué debemos buscar en un buen líder. Y terminamos votando por el que dice lo que queremos oír,  el que se ve menos malo o por el que nos dicen otros que debemos votar. 

Empecemos con lo primero ¿qué es una persona líder?

Según Mercé Brey, experta en diversidad y liderazgos, una persona líder “es aquella que es capaz de crear contextos para que pasen cosas. Un líder es un creador o una creadora de contextos: espacios donde las personas no nos sentimos juzgadas, sino que nos sentimos vistas y reconocidas en nuestra diferencia”, explica en un video de Aprendamos Juntos 2030. 

¿Qué características debería tener un buen líder juvenil? 

Para poder ser un buen líder, según Brey, las personas deben estar guiados por tres pilares: 

Confianza: en mí mismo y en sus capacidades. Ser capaz de soltar el control y confiar también en las otras personas y ver hasta dónde pueden llegar y cómo pueden crecer. Ver a las personas más allá de lo que son ahora. 

Respeto: por la persona que tengo delante. Por el otro, piense igual o distinto a mí.

Imparcialidad: tratar a todas las personas de la misma manera o de la forma que necesiten.

¿Cómo reconocer un liderazgo que valga la pena? 

La ciencia también ha intentado explicar que hace que una persona sea realmente bueno liderando y las conclusiones que han encontrado los psicólogos podrían servirnos para identificar un buen líder juvenil.

Algunos estudios dicen que los líderes no se definen sólo por su capacidad de convencer, sino por su inteligencia emocional: una mezcla de empatía, autocontrol y conciencia social que permite conectar con los demás y proponer soluciones en los momentos difíciles. 

Y cuando se es joven, se necesita más que carisma o buenas intenciones. Un buen líder juvenil debería practicar la escucha activa, la capacidad de escuchar y decir lo que otros callan y entender la necesidades reales de su territorio o comunidad. 

La psicóloga y profesora de Harvard, Amy Edmondson, dice que un líder eficaz es aquel que fomenta la seguridad psicológica, creando un ambiente en el que las personas se sienten cómodas expresando ideas, haciendo preguntas, admitiendo errores y compartiendo preocupaciones sin temor a ser juzgadas o penalizadas. 

¿Qué tiene que ver esto con los Consejos Municipales de Juventud? 

Ofrecer un liderazgo adecuado, en espacios como los Consejos de Juventud, es vital. Porque liderar no es mandar, sino servir, acompañar y poner la voz al servicio de nuestra comunidad. Es reconocer los problemas que enfrenta nuestro territorio (la escasez de oportunidades, la violencia, el desinterés, la estigmatización) y atreverse a construir puentes entre el gobierno y los jóvenes.  

Si quieres conocer un ejemplo de liderazgo y los retos a los que pueden enfrentarse los consejeros de juventud, mira la entrevista de Jaime Díaz, y su papel siendo la voz de los jóvenes en el corregimiento de Juan José en Córdoba. 

En Colombia, donde crecemos en medio de la desconfianza y la falta de interés por la democracia, el liderazgo y la participación juvenil se convierte en una forma de resistencia. Las consejeras y consejeros de juventud abren espacios donde otros jóvenes pueden participar, proponer y construir un futuro mejor para todos. 

Por eso, antes de votar es necesario entender que un buen líder no se mide por su discurso, ni su popularidad. Sino por su coherencia, su capacidad de proponer sin imponer y de unir a los demás -además de sus promesas. Y eso se nota en cómo escucha, identifica problemas y soluciones, en cómo trata a los demás y reacciona ante la crítica.

Así, elegir un buen líder es un acto de responsabilidad y esperanza en nuestros territorios. Necesitamos entender que con nuestro voto a los próximos Consejos Municipales de Juventud no elegimos solo a una persona, sino el tipo de liderazgo que queremos para representar a nuestra generación.