
Por la redacción Andina
El más reciente informe del Instituto Australiano de Ciencias Marinas reveló que la Gran Barrera de Coral, el arrecife más grande del mundo, sufrió su mayor disminución en los últimos cuarenta años.
El estudio determinó que la disminución del coral varió según la zona, con pérdidas que oscilan entre el 27% y el 40%, cifras que representan niveles récord.
Este ecosistema se extiende por 345 mil kilómetros cuadrados de corales tropicales. Aunque a simple vista parece formado por plantas o rocas, en realidad está compuesto por pequeños animales llamados pólipos. Estos organismos son esenciales para la vida marina, pues alrededor de sus estructuras habita el 25% de las especies marinas conocidas.
La barrera, ubicada en la costa nororiental de Australia, alberga 400 tipos de coral, unas 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos. También es refugio de especies en peligro de extinción como el dugongo y la gran tortuga verde.
«La Gran Barrera de Coral es un lugar tan hermoso e icónico que realmente vale la pena luchar por él. Y si le damos una oportunidad, ha demostrado una capacidad innata de recuperarse», afirmó a ABC News el investigador Mike Emslie, autor del informe.
La causa principal de este blanqueamiento masivo, como se denomina a la pérdida de coral, es el cambio climático y el calentamiento de los océanos, que amenazan con destruir esta joya de la biodiversidad mundial.
El blanqueamiento ocurre cuando las altas temperaturas obligan a los corales a expulsar las algas simbióticas de las que dependen para sobrevivir. Estas algas no solo les proporcionan energía mediante la fotosíntesis, sino que además les otorgan su característico color. Sin ellas, los corales se tornan blancos y, si el calor persiste, pueden morir.
Aunque los corales tienen capacidad de recuperación, el tiempo juega en contra: cada evento de blanqueamiento ocurre con mayor frecuencia.
“El cambio climático amenaza los arrecifes de todo el mundo. Su futuro depende de una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero, de gestionar las presiones locales y regionales, y de diseñar estrategias que ayuden a los arrecifes a adaptarse y recuperarse. Esto ya está en marcha”, señaló el Dr. González Rivero en una nota del Instituto Australiano de Ciencias Marinas.
La Gran Barrera de Coral ha enfrentado al menos siete episodios de blanqueamiento masivo, pero lo que alarma a los expertos es la velocidad con la que ahora suceden, sin precedentes en la historia.
La pérdida de los corales no solo afecta a la biodiversidad marina. También impacta a las comunidades humanas que dependen de este ecosistema, el cual genera millones de dólares en turismo y constituye una fuente vital de alimento para millones de personas.
En 1981, la Unesco declaró a la Gran Barrera de Coral Patrimonio de la Humanidad, no solo por su riqueza natural, sino también porque representa parte de la identidad australiana. Sin embargo, ante la degradación del ecosistema, organizaciones como Earthjustice y Environmental Justice Australia han acusado al gobierno de no tomar medidas suficientes frente al cambio climático, contribuyendo así al deterioro del arrecife.
Por esta razón, la Unesco ha recomendado incluir a la Gran Barrera de Coral en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro.
