¿Quién cuida los sueños de las niñas?

Las niñas deben ser niñas y nunca esposas. 

Ilustración: Isabella Meza Viana

Por: María Angélica Orozco 

El matrimonio para una menor de edad es un cambio forzado de pasar de ser niña a esposa. Millones de niñas en todo el mundo enfrentan esta realidad. Cambian su niñez o adolescencia por un matrimonio con adultos que las exponen a al abandono escolar y el de sus proyectos de vida, a embarazos no deseados, violencia sexual y pobreza.

Según cifras oficiales de la Fundación Plan, que es una organización humanitaria que trabaja para mejorar las condiciones de vida de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, cada tres segundos, una niña en algún lugar del mundo es obligada a casarse o a unirse a un adulto forzosamente. 

Pero, ¿Qué es el matrimonio o unión temprana infantil y forzada o MUITF? 

El matrimonio infantil ocurre cuando una o ambas personas que se casan tienen menos de 18 años. Este tipo de matrimonio viola los derechos de niñas y niños al quitarles su infancia y obligarlos a asumir roles para lo que no están preparados.

Si además la persona menor no puede decidir por sí misma, o no da su consentimiento libremente, estamos frente a un matrimonio forzado.

En pocas palabras, todo matrimonio infantil es una forma de matrimonio forzado, porque las niñas y niños no tienen la libertad ni la información suficiente para tomar esa decisión ni entender por completo lo que implica unirse a otra persona. 

Datos alarmantes: 

Las uniones tempranas le quitan a las niñas el derecho a decidir sobre su cuerpo, su educación y su futuro. 

En Colombia y el mundo, estas realidades también se reflejan en cifras preocupantes: en 2025, 8 de cada 1.000 niñas siguen viviendo en matrimonios o uniones infantiles; en 2024, se registraron 3.438 casos de embarazo infantil forzado en niñas de 10 a 14 años.

Además, entre 2020 y 2024, 354 adolescentes embarazadas intentaron suicidarse debido a la presión, la violencia o la falta de apoyo. 

Estos datos fueron presentados por la fundación PLAN en su más reciente informe “Déjame ser una niña, no una esposa. El estado mundial de las niñas” que recoge las historias y los testimonios de 251 niñas y mujeres jóvenes de 15 países diferentes que son sobrevivientes a uniones tempranas. 

¿Por qué sucede esto?

Las uniones tempranas forzadas tienen muchas causas, pero las más frecuentes son la pobreza y los roles de género que impone la sociedad, es decir, lo que supuestamente debería hacer un hombre o una mujer, en este caso adolescentes todavía.

Algunas familias creen que el matrimonio será una forma de “proteger” a la niña, en la mayoría de los casos, o de mejorar su situación económica, pero en realidad, las deja más vulnerables y con menos posibilidades de construir el futuro que desean. 

¿Qué pasa con las niñas cuando se casan?

El matrimonio infantil cambia por completo la vida de las niñas. Cuando se casan siendo menores, muchas deben abandonar la escuela y pasan a depender económicamente de sus esposos y pierden la posibilidad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo y su vida.

Aunque algunas aseguran que se casan “por amor”, las investigaciones muestran que estas uniones están llenas de desigualdad en la relación, aislamiento ya que muchas niñas dejan de ver a sus amigos y familiares, lo que afecta su bienestar y su salud mental. Además, hay violencia, especialmente dentro del hogar. 

Las leyes no las protegen lo suficiente o entran en conflicto con lo que se espera socialmente de ellas, lo que facilita que la violencia de género y el control sobre sus decisiones.

En relaciones donde la diferencia de edad es grande, ellas tienen muy poco control para decidir sobre su sexualidad o el uso de anticonceptivos, lo que las expone a embarazos tempranos y a mayor riesgo de complicaciones en su salud. 

Cuando los matrimonios no están registrados, es decir, hay una unión libre, las niñas o jóvenes no pueden acceder a una herencia, propiedad o pensión alimenticia, lo que vuelve casi imposible abandonar una relación violenta.

Esto también pasa en Colombia

Hasta hace poco, la ley en Colombia permitía que adolescentes desde los 14 años se casaran y vivieran en unión libre. Esto llevó a muchas niñas, sobre todo en zonas rurales, a unirse con hombres mayores, dejando sus estudios y sueños a un lado.

Un informe reciente de UNICEF muestra que Colombia está entre los países con más casos de matrimonio infantil, nuestro país ocupa el puesto 20 en el mundo en niñas que se casan antes de los 15 años.  Los departamentos donde esto sucede más seguido son: Vichada, Amazonas, Chocó, La Guajira y Caquetá.

Para recopilar información acerca de esta y otras problemáticas en nuestro país, la Fundación PLAN también cuenta con un observatorio al que han llamado “Contando lo invisible” donde a través de gráficas se muestran los datos de vulneraciones a los derechos de niñas y niños en Colombia, como las uniones y los embarazos forzados y las violencias de las que pueden ser víctimas. 

¿Qué se está haciendo en Colombia?

El 13 de febrero de 2025, el presidente Gustavo Petro firmó la Ley 2447 de 2025 llamada “Son niñas, no esposas”. Esta ley prohíbe que cualquier persona menor de 18 años se case o viva en unión con otra persona como si fueran pareja. La aprobación de esta ley es un gran avance para proteger los derechos de las niñas en Colombia y fue posible gracias al trabajo conjunto del Congreso, organizaciones sociales y el Gobierno.

Esta ley también crea un programa nacional llamado “Proyectos de vida digna para niños, niñas y adolescentes”. Su objetivo es prevenir el matrimonio infantil y las uniones tempranas, y ayudar a quienes ya han sido afectados por estas formas de violencia.

Este programa se enfoca especialmente en zonas rurales apartadas, donde las niñas están más expuestas a este problema. Además, los pueblos indígenas harán parte de las acciones de prevención y atención, respetando su autonomía y costumbres.

Hoy, podemos preguntarnos ¿qué tipo de mundo queremos construir para las niñas que están creciendo?

En 13 países de  latinoamérica se prohíben los matrimonios donde hay al menos una persona menor edad. Esta nueva ley en Colombia es una victoria enorme, el cambio real empieza cuando todas y todos, sin importar nuestra edad, reconocemos que ninguna niña debe cambiar sus cuadernos y juegos por responsabilidades de adulta ni su libertad por miedo.

La generación que está haciendo historia hoy es la que decide romper silencios y defender que las niñas tienen derecho a soñar, a estudiar, a jugar y a elegir su propio futuro.