
Por: Juan Carlos Senior
¿Quién es el joven detrás de este invento?
Desde Nueva Zelanda , Mark Campbell, un estudiante de apenas 19 años, está llamando la atención del mundo científico y tecnológico gracias a Lensare, unas gafas inteligentes que se oscurecen automáticamente al detectar destellos de luz capaces de provocar convulsiones o migrañas.
¿Por qué este invento es tan importante?
Lensare acaba de ganar el James Dyson Award Nueva Zelanda 2025, un reconocimiento a la innovación con impacto social. Su objetivo: mejorar la calidad de vida de miles de personas con epilepsia fotosensible y fotofobia, condiciones que pueden hacer que la simple exposición a luces parpadeantes se convierta en un riesgo real.
¿Cómo funcionan estas gafas inteligentes?
Gracias a sensores de luz y color integrados, Lensare analiza el entorno en tiempo real. Si detecta frecuencias entre 3 y 30 hercios las que suelen desencadenar crisis epilépticas, activa sus lentes LCD para oscurecerse en cuestión de milisegundos y bloquear el estímulo visual.

¿De dónde nació la idea?
Campbell contó que la inspiración surgió al explorar las posibilidades de las lentes LCD y pensar en quienes viven con epilepsia fotosensible. Para hacerlo realidad, trabajó junto a la neuróloga pediátrica Hannah Jones y Peter Bergin, director del programa de cirugía de epilepsia del Hospital de Auckland, logrando un diseño ligero, accesible y seguro.
¿Qué hace especial a Lensare?
El prototipo pesa solo 60 gramos, ofrece 10 horas de autonomía, se recarga por USB-C y fue fabricado con impresión 3D a bajo costo, con un precio de construcción inferior a 50 dólares.
Además, incluye un botón analógico para ajustar la sensibilidad y un modo de detección anticipada, capaz de reaccionar incluso antes del destello completo.
¿Qué sigue para este proyecto?
Lensare se encuentra actualmente en fase de pruebas y ya cuenta con una patente provisional. Campbell busca apoyo médico y financiero para iniciar ensayos clínicos y seguir perfeccionando su invento.
Un avance que podría representar una nueva esperanza para las más de 500.000 personas con epilepsia en España y millones en el mundo que viven limitadas por los estímulos luminosos.






