Educación para la libertad: 300 jóvenes del sistema de protección reciben diploma en Periodismo de Paz

Ilustración: Isabella Meza Viana

Por María Paula Suárez N.

La Fundación Mi Historia graduó este diciembre a más 300 jóvenes de Protección del ICBF y del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA) en un Diplomado de Periodismo para la Paz y Producción Audiovisual.

El Diplomado, realizado en alianza con la Universidad del Rosario y el Instituto Colombianos de Bienestar Familiar (ICBF), se enmarca en un proyecto denominado Sueños Sonoros, que busca fortalecer las habilidades para la paz de jóvenes en del sistema de Protección y SRPA a través de las herramientas de autoconocimiento y pensamiento crítico que propicia el periodismo. Lo primero que aprenden los y las jóvenes en el diplomado es a narrar su historia, y desde ese lugar, desafiar el presente y construir su futuro.

“No estamos celebrando un diploma en papel, estamos celebrando un proceso y el coraje de mirar hacia adentro, así como las historias que nacieron aquí y las que están por venir. En un país donde muchos hablan sobre los jóvenes, nosotros aprendimos a hablar con ellos, y nadie les puede quitar su palabra”, asegura Mathew Hinson Charles, director de Fundación Mi Historia y docente de la Universidad del Rosario.

El Diplomado de Periodismo para la Paz y Producción Audiovisual fue impartido en 12 departamentos del país en Centros de Atención Especializada (donde están los jóvenes con medida privativa de libertad), hogares del ICBF y centros de restablecimiento de derechos para jóvenes desvinculados de grupos armados.

“Lo que aprendí en el diplomado fue a tomar fotos con mejores ángulos, a grabar de una forma adecuada y sacar mi lado más creativo, así como aprender a expresar más las cosas que nos hicieron daño desde una visión más madura”, cuenta una de las participantes del programa.

“Lo que aprendí fue a tener seguridad conmigo misma, y a expresarme en público, porque era muy tímida. También aprendí a vocalizar y hacer las cosas de buena manera, no estresarme y tomar muchas fotos y grabar”, comenta otra jóven.

“Aprendí a hacer noticia y a interactuar con las personas, así como a comunicar información a las personas que lo necesitan”, indicó otro joven participante.

Mediante la  iniciativa, que ya lleva dos años en curso, se han graduado 600 jóvenes que han publicado en el medio de comunicación de la fundación, Radio Trompo, alrededor de 180 piezas periodísticas, entre videos, pódcast y documentales. Durante la elaboración de estas, se han fortalecido habilidades como la autogestión emocional, la importancia de las relaciones interpersonales, la toma de decisiones, la autoconciencia y la conciencia social.

Algunos de los trabajos más recientes están publicados en un especial periodístico de pódcast denominado Voces Olvidadas, disponible en Spotify como En Mis Propias Palabras. En este se abordan temas como la vida en encierro, la falta de control de las emociones, la relaciones tóxicas de pareja, el ser hombre, las etiquetas sociales y superar la adicción a las drogas, entre otras realidades de los jóvenes del sistema.

“Los jóvenes participantes llegaron con historias distintas, con cicatrices, con preguntas sobre quiénes son y quienes quieren ser. Al entender su propia historia se puede hacer periodismo que transforma. Primero se narran así mismos para aprender a narrar el mundo”, asegura Charles, director de la fundación.

El proyecto Sueños Sonoros fue ganador del Premio a la Niñez 2024, otorgado por la Alcaldía de Bogotá, debido a la capacidad de transformación del proyecto en la vida de niños, niñas y adolescentes en Colombia.

“El Periodismo para la Paz ha sido clave para nuestros chicos y chicas porque les ha permitido desarrollar una visión distinta de la vida y de cómo puede llegar a ser un proceso de judicialización y de cumplimiento de su sanción. A través de contar su historia pueden generar una resignificación y procesos de responsabilización del daño desde la justicia restaurativa, que es un elemento fundamental y transformador para la vida de jóvenes del sistema”, agregó por su parte Magaly Macías Acevedo, subdirectora del SRPA.

El proyecto Sueños Sonoros culminó con dos programas de radio en vivo en los que, durante cuatro horas, se abordaron las historias de los jóvenes producidas durante el Diplomado, sus realidades y preocupaciones, y contó con la participación de directivas del ICBF, que dieron respuesta sus inquietudes.

Actualmente hay 4,578 adolescentes y jóvenes vinculados al SRPA – 4,009 hombres (87.57%),  569 mujeres (12,43%) y un pequeño porcentaje se identifica como transgénero. La mayoría tiene 17 años (38,44%). Muchos han crecido entre pobreza, violencia y ausencia estatal. Entre ellos, 18,7 % es víctima reconocida del conflicto armado. Y casi la mitad, 46,5 %,  ya había pasado por protección del ICBF antes de cometer el delito. 73% sufrió alguna forma de abuso o agresión antes de entrar al sistema y 50% tienen algún familiar privado de la libertad.