
Ilustración Isabella Meza Viana
Por Alejandro Valencia
Ya casi llega Halloween, una de las fechas más esperadas por los niños y niñas. Disfraces, dulces, largas caminatas y el coro que se repite: “triki, triki halloween”. Calabazas, calaveras y máscaras de todo tipo llenan las calles. Princesas de Disney y payasos maquiavélicos se cruzan en cada esquina. Pero desde hace unos años, las motos y los carros también se sumaron a la fiesta con las llamadas rodadas del terror.
Estas caravanas moteras se popularizaron en distintas ciudades del país. Principalmente son organizadas por motociclistas, también conocidos como bikers, y algunos conductores que acompañan los recorridos con potentes equipos de sonido donde retumban guaracha, electrónica o reguetón a todo volumen.
Las escenas son cada vez más extravagantes: payasos ensangrentados o chukys con machetes de plástico al frente; ángeles o diablas con vestidos cortos atrás. Algunos llevan pasamontañas, otros armas de juguete, pero casi nunca casco. Detrás de los disfraces y la adrenalina, muchos aprovechan las máscaras y las placas tapadas para delinquir. Además, las caravanas suelen paralizar el tráfico en las zonas por donde pasan.
Las rodadas se organizan en redes sociales. En TikTok, el creador de contenido cartagenero martinyt invita en un video: “El 31 es la rodada aquí en Medellín. Estoy haciendo un parche melo de amigos seguidores que me conozcan, que tengan moto, para que hagamos un grupo bueno ese día”. En distintas plataformas circulan flyers que convocan a estas caravanas en ciudades como Medellín, Bogotá, Barranquilla y Cartagena, principalmente los días 24, 25 y 31 de octubre.
Los clubes moteros también promueven sus propias rutas. Es el caso de Jesús Blanco, motociclista barranquillero y colíder del club Full RPM Bikers. Jesús cuenta que la pasión por las motos los unió: “Salíamos sin mucho orden, pero hace un año decidimos formar el club para tener más prudencia vial”.
Planean sus viajes con hasta dos meses de anticipación cuando son recorridos largos, desde Barranquilla hacia Coveñas o Medellín, por ejemplo, y salen cada dos o tres semanas. También organizan rifas y actividades para reunir recursos. “A nosotros nos identifica la hermandad”, dice Jesús.
Las rodadas de Halloween canceladas
Debido a los problemas de movilidad e inseguridad que generan estas caravanas, varias administraciones municipales han decidido ponerles freno.
En Barranquilla, por ejemplo, el alcalde Alejandro Char prohibió los recorridos y concentraciones de motocicletas, cuatrimotos y carros, además de imponer controles especiales los días 25 y 31 de octubre. Jesús se enteró ese mismo 25 de octubre de la medida, aunque confiesa que este año no había hecho convocatoria porque no podía salir con su moto.
Según él, en Barranquilla existen cerca de 50 grupos moteros. A la rodada del payaso, como la llaman allí, suelen asistir tanto clubes consolidados como grupos informales. La Alcaldía busca con la prohibición “garantizar la seguridad, mantener el orden público y prevenir accidentes”, pues según la Policía Metropolitana, durante esas fechas aumentan los delitos y los siniestros viales.
El año pasado, los moteros contaron con acompañamiento policial. Sin embargo, Jesús reconoce que la rodada se presta para excesos: “Hay mucha gente que se aprovecha de que están disfrazadas y tapan las placas para hacer sus fechorías”. Aun así, siente que los estigmatizan: “Nos tienen categorizados de una forma errada. La inseguridad está en todos lados: carro, moto, bus, ¿ya?”.

¿Qué pasa en otras ciudades?
En Cartagena, desde comienzos de octubre, el alcalde Dumek Turbay expidió un decreto que prohíbe la caravana de Halloween y hasta ofreció una recompensa de 30 millones de pesos por información sobre quienes la promuevan.
En Bogotá, el pasado 25 de octubre los motociclistas salieron a la “rodada del terror” sin autorización del Distrito. En videos se observa cómo bloquearon el tráfico y consumieron sustancias psicoactivas en plena vía. Tras los hechos, un reconocido líder del colectivo Gonobikerreas admitió los problemas generados y canceló la rodada del 31.
En Medellín, aunque la Alcaldía no ha anunciado medidas formales este año, en 2024 un operativo dejó más de mil conductores sancionados y 430 motos inmovilizadas.
Entre la adrenalina y la clandestinidad
Las rodadas del terror enfrentan su propio ocaso. Las autoridades refuerzan los controles y las caravanas, perseguidas y restringidas, corren el riesgo de desaparecer o mantenerse en la clandestinidad.
Entre el ruido de los motores y las luces de Halloween, queda una pregunta flotando en el aire:
¿Es posible mantener viva la cultura motera sin poner en riesgo la seguridad de todos?






