Los delfines rosados del Amazonas, en peligro por contaminación con mercurio.

Ilustración: Isabella Meza Viana

Por: Juan Carlos Senior

¿Qué está pasando en el corazón del Amazonas?

Los delfines rosados, también conocidos como toninas, están enfrentando una de las mayores amenazas de los últimos años. Investigadores han detectado altos niveles de mercurio en estos animales, un metal pesado altamente tóxico que pone en riesgo no solo su supervivencia, sino también la salud de las comunidades humanas que dependen de los ríos amazónicos.

¿De dónde viene el mercurio?

La minería ilegal de oro es el principal origen del problema. En esta práctica, el mercurio se usa para separar el oro de los sedimentos del río. El metal termina vertiéndose en el agua, contaminando la cadena alimenticia. Los peces lo absorben y, a su vez, los delfines lo ingieren al alimentarse de ellos.

El resultado: niveles alarmantes de contaminación que ya superan los límites de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un riesgo que va más allá de los delfines

Los científicos advierten que este fenómeno no afecta solo a la fauna. Las comunidades ribereñas, que consumen pescado de estos mismos ríos, también están expuestas a intoxicaciones por mercurio, lo que puede provocar daños neurológicos, renales y en el desarrollo infantil.

El problema, dicen los expertos, es que el mercurio no desaparece: se acumula con el tiempo y permanece en los ecosistemas por décadas.

¿Por qué los delfines son tan importantes?

Los delfines rosados son considerados indicadores de la salud del ecosistema amazónico. Si ellos enferman, es señal de que el río también lo está. Su rol como depredadores mantiene el equilibrio de la vida acuática, y su pérdida afectaría directamente a la biodiversidad de una de las regiones más ricas del planeta.

Un llamado urgente a la acción

Organizaciones ambientales están pidiendo acciones más firmes contra la minería ilegal y la protección de los ríos amazónicos. La conservación de los delfines rosados no solo es una causa ambiental: es una necesidad humana y cultural.

Protegerlos significa defender el agua, la vida y el futuro de millones de personas que dependen del Amazonas.